¿Cuántas veces te lo habrán dicho? Nosotros incluidos.
Nos oirías decirte cosas como: “oye, si quieres dormir mejor tienes que evitar el estrés”, “si quieres bajar de peso tienes que evitar el estrés”, “para ese sarpullido que te ha salido con esta crema lo tratas, pero deberías evitar el estrés”…

En cantidad de problemas de salud, el estrés puede ser la causa o estar agravándolo. Lo sabes, lo has visto y sentido. La comida te sienta peor, la piel se irrita, duermes peor, aparece la ansiedad y los cambios de humor. Un ciclo vicioso del cual es difícil escapar. ¿Pero cómo sabemos que es el estrés el culpable de todo esto?

En el año 1967 un par de psicólogos, Thomas Holmes y Richard Rahe, llevaron a cabo un estudio con más de 5000 pacientes para analizar el estrés. Lo que ellos buscaban era determinar que problemas de salud surgían a raíz del estrés. Y para hacerlo, pidieron a todos los participantes que hiciesen listas con cosas que les generaban estrés y las puntuasen. De esta forma crearon una tabla para poder medir el estrés en base a las situaciones que vivimos.

Tabla de Holmes y Rahe:

Muerte del cónyuge

100

Cambio de responsabilidad en el trabajo

29

Divorcio

73

Hijo o hija que deja el hogar

29

Separación matrimonial

65

Problemas legales

29

Encarcelamiento

63

Logro personal notable

28

Muerte de un familiar cercano

63

La esposa comienza o deja de trabajar

26

Lesión o enfermedad personal

53

Comienzo o fin de la escolaridad

26

Matrimonio

50

Cambio en las condiciones de vida

25

Despido del trabajo

47

Revisión de hábitos personales

24

Paro

47

Problemas con el jefe

23

Reconciliación matrimonial

45

Cambio de turno o de condiciones laborales

20

Jubilación

45

Cambio de residencia

20

Cambio de salud de un miembro de la familia

44

Cambio de colegio

20

Drogadicción y/o alcoholismo

44

Cambio de actividades de ocio

19

Embarazo

40

Cambio de actividad religiosa

19

Dificultades o problemas sexuales

39

Cambio de actividades sociales

18

Incorporación de un nuevo miembro a la familia

39

Cambio de hábito de dormir

17

Reajuste de negocio

39

Cambio en el número de reuniones familiares

16

Cambio de situación económica

38

Cambio de hábitos alimentarios

15

Muerte de un amigo íntimo

37

Vacaciones

13

Cambio en el tipo de trabajo

36

Navidades

12

Mala relación con el cónyuge

35

Leves transgresiones de la ley

11

Juicio por crédito o hipoteca

30

 

¿Cómo se usa esta tabla?

La idea es que te pongas a pensar y digas: ¿en este último año, cuales de estas situaciones he vivido? Con las que coincidas vas anotando la puntuación y la sumas.

        Si te sale un valor inferior a 150 estás bien, el estrés que tienes no te producirá problemas.

        A partir de 200 la cosa se complica y empiezan los problemas.

        Pero si pasas de 300 preocúpate. En sus investigaciones determinaron que valores tan elevados de estrés provocan problemas graves para la salud.

 

¿Y qué hacemos con esto?

Está claro que esta tabla, hecha en 1967, no está muy actualizada. Hay que añadir haber pasado una pandemia, el móvil como arma generadora de estrés, los cambios culturales y la forma de vida que llevamos, etc.

Por eso, cuando alguien me pregunta en la farmacia “oye Abel, ¿tú como haces para evitar el estrés?”

¿Evitar el estrés? No puedo evitarlo. No sé hacerlo. Habrá épocas mejores y otras peores. Pero muchas veces no depende de uno. El estrés aparece por las situaciones que vives y pueden afectarte más o menos. Pero no puedes escoger no vivir situaciones de estrés. Ojalá se pudiese. ¿Entonces qué hacemos con el estrés?

Podemos TRATAR el estrés

Por fin, esta es la parte más importante. Lo que estabas deseando leer. Ya que no siempre se puede evitar el estrés, ¿cómo lo trato?, ¿cómo consigo reducir el estrés antes de que me dé problemas?

Lo primero es hacer cambios en este acelerado ritmo de vida que llevamos:

        Visitar al psicólogo. Un consejo que para alguno es de Perogrullo y para otros es una exageración. Aún queda en la percepción de muchos que al psicólogo solo se va cuando tienes problemas graves como la depresión. Pero están para ayudarte con otros muchos temas que te ayudarán en tu día a día. Pide cita y ya me darás las gracias.

        Llevar una vida sana: comer bien y dormir suficiente es clave para encontrarnos mejor anímicamente

        Entiende tus limitaciones. ¿Crees que no tienes? Bien por ti. Pero no te eches a la espalda más de lo que puedas cargar.

        Piensa en qué cosas son las que te están generando estrés. Puedes ayudarte de la tabla de antes. Pero seguro que se te ocurren algunas más. Ser consciente de qué situaciones te estresan más te ayudará a prepararte para cuando aparezcan.

        Acepta que hay cosas que no puedes controlar. Como dice siempre Carmen en la farma: “Si no está en tus manos, que tampoco esté en tu cabeza.”

        Dedícate más tiempo a ti y a tus cosas. Practica aficiones que te gusten o que te ayuden a relajarte. Es tiempo muy bien invertido.

        Busca tiempo para hablar con amigos. A veces la gente te generará estrés. Pero somos seres sociables y el contacto con otros nos hace mucho bien.

        Piensa en positivo. No digo que vayas por la vida viéndolo todo de color rosa. Pero si siempre crees que todo irá mal, más te hundirás cuando aciertes.

        Evita el alcohol, la cafeína y otras drogas psicotrópicas. A la larga te harán sentir peor.

        Prueba el yoga y los ejercicios de respiración. Son una buena forma de relajarse y abstraerse de pensar en el caos del día a día. Al menos ese ratito.

¿Y si todo esto no llega?

El estrés nos acecha por doquier. En algún momento puede abalanzarse sobre ti y pillarte con la guardia baja. ¿Qué hacemos en esos casos? Yo hasta ahora no hacía nada. Pero gracias a un par de clientes pude descubrir la rhodiola y la ashwagandha. Unas plantas de las cuales no sabía nada hace un año y que ahora me parecen tremendamente útiles.

La rhodiola:

De la raíz de la Rholiola rosea se obtiene un extracto con propiedades muy interesantes. Tanto es así que ya en la antigua Unión Soviética, allá por el 1965, lo utilizaba en deportistas y astronautas. Hoy en día se utiliza en el tratamiento del estrés, en la mejora del estado de ánimo y la depresión. Aunque también hay quien lo utiliza como estimulante sexual para la impotencia. Un efecto añadido que no suele ser un problema…

La ashwagandha

Su nombre botánico es Withania somnífera, que no es más difícil que decir ashwagandha. Esta planta, hasta hace poco, era mucho menos conocida que la rhodiola. Ahora es la nueva moda y podemos encontrarla en muchos complementos alimenticios para el estrés y el estado de ánimo.

Te cuento mi experiencia personal:

Yo me estreso mucho. Quiero hacer muchas cosas, pero el día solo tiene 24 horas. Gestionar mi tiempo es complicado porque siempre tengo mil cosas pendientes. Me genera muchísima frustración dejar cosas a medias. Pero no llego.

El trabajo es mi principal generador de estrés. Entonces, ¿qué puedo hacer? Dejar el trabajo. Pero también me gusta comer todos los días. Mejor no lo dejo. Pero algo tengo que hacer.

Estando en INFARMA, el congreso de farmacéuticos al que fui en Madrid, asistí a una charla en la que hablaban de cómo el estrés genera síntomas y problemas de salud que no siempre relacionamos con el estrés.

Muchas veces pienso “estoy mal de la barriga, hago mal la digestión, me duele, me hincho como un globo… Esto tiene que ser de lo que como.”  Pero nunca me había planteado que yo en vacaciones estoy bien, coma lo que coma.

Es estrés acumulado lo que me provoca todo esto. Y resulta que también tengo la piel irritada y me sientan mal muchas cremas. Yo pensaba que simplemente tenía una piel sensible. Pero se vuelve a dar la misma casualidad. Cuanto más estrés tenga peor tengo la piel.

¿Entonces? ¿Qué hago? Me decidí a probar un complemento de ashwagandha. No quería uno cualquiera, quería el mejor. Después de un rato buscando lo tenía claro: el Ultimate Calma de Solgar. Tiene una dosis altísima de ashwagandha y un poquito de azafrán para ayudar con el estado de ánimo.

Empecé con cierto escepticismo. Siempre creo que a mí no me van a funcionar estas cosas y suelo tomarlas solo cuando me acuerdo. Pero esta vez me lo tomé en serio. Una cada mañana con un vaso de agua.

¿Sabes qué paso? Que empecé a notarme diferente a partir de la primera semana. El trabajo es el mismo, sigo aquí en Farmacia Pontevea, pero lo llevo mucho mejor. Cosas que antes me afectaban mucho ahora ya no son para tanto. Y eso no es lo más determinante. Ahora me encuentro bien, más animado, con mejores digestiones y con la piel en perfecto estado. Es por eso que me animé a escribir sobre este tema.

En el momento en el que escribo esto ya voy por el segundo envase y pienso seguir con él un poco más. Un envase más y después me paso a la rhodiola. Ya te comentaré qué tal me va.

CHAMPÚ ANTICASPA:
    Con climbazol y extracto de tomillo este champú ejerce una acción purificante y antimicrobiana que nos ayuda a contrarrestar la caspa y el picor causados por la descamación del cuero cabelludo.
Además, ayuda a regular la producción de sebo haciendo que tu pelo permanezca limpio durante más tiempo.

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